El futuro del aprendizaje (II)

En el anterior artículo sobre el futuro de la educación, concluíamos que era más necesario que nunca tomar perspectiva sobre como se desarrolla el aprendizaje de los más jóvenes desde sus etapas más iniciales teniendo en cuenta prácticamente todos los elementos: el entorno, la disposición del individuo, la motivación, ... Todos. Concluíamos que era imprescindible analizar como se ordenan nuestros conocimientos en nuestra mente, pensar sobre como pensamos, y tras ello podríamos mejorar nuestros medios de trabajo y, además, mejorar el propio aprendizaje del profesorado. Sin quitar importancia a las orientaciones individuales hacia el conocimiento, aprender es un proceso social. Actualmente, esto significa que la enseñanza cara a cara se complementa con el uso del trabajo en red. A través de Internet podemos conectar personas que comparten pasiones, conocimientos y apoyos. Esto ocurre en el mundo educativo en la medida que podemos encontrar soluciones de aprendizaje de forma gratuita y comunidades de pedagogos, algo que ha revolucionado las opciones de la enseñanza para mucha gente por la vía de conectar herramientas, recursos y, sobretodo, personas. Las relaciones son muy importantes en el aprendizaje. El simple hecho de saber que hay otras personas dispuestas a dar cualquier tipo de ayuda es algo motivador, y se fortalece el aprendizaje mediante el interés mostrado por los demás. Las plataformas online dan apoyo a la auto-evaluación de conocimiento sobre este mismo tema, incluso ofreciendo la oportunidad de experimentar una clase magistral o creando una pareja online que sirva de sujeto de comparación sobre métodos y conocimientos. Estas plataformas ofrecen varias vías de aprendizaje, y permiten a los alumnos experimentar y explorar según su curiosidad, algo que aumenta el potencial de aprendizaje. Aprendemos continuamente cada día, y aquello que asumimos nos viene transformado por nuestro entorno. Los colegios y las escuelas son un espacio físico donde los niños van a aprender, y generalmente está diseñado en base a un modelo educativo concreto y debería ser un lugar capaz de dar cabida a un aprendizaje multimodal y a medida para todo tipo de experiencias.  Generalmente, tras el horario escolar este edificio sigue manteniendo  actividades de aprendizaje que abarcan toda la experiencia vital. Esta red de trabajo se puede desarrollar y conectar mediante herramientas digitales.

¿Cómo es este modelo?

Todos los argumentos se unen en un mismo modelo, que resalta las dimensiones del futuro del aprendizaje. Estamos ante un proceso en que el alumno identifica una cuestión ligada a su propio interés, experimenta con las soluciones y las implementa en nuevas situaciones. Estas tres acciones, conectar, explorar y transformar, se producen en tres dimensiones: la del alumno, la de la propia experiencia de aprendizaje, la de las relaciones y la de los contextos. En el centro del modelo está el liderazgo creativo, que significa la capacidad de conocer las propias habilidades y saber cuándo y cómo darlas en apoyo de los demás. Esto posiciona la creatividad como el elemento más central del aprendizaje: tener la confianza de encontrar nuevas maneras de hacer, experimentar con ellas y compartirlo con los demás. ¿Y cómo lo gestionamos? Con el sistema de LEGO para el futuro de la Educación. Esto os lo explicaremos en el siguiente artículo, así que ¡seguidnos y descubridlo!
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