5 razones por las que la crianza lúdica dura toda la vida

Jugar al cucú-tras o hacer castillos de arena en la playa, es aún más valioso de lo que crees. Los padres, madres y tutores somos los primeros compañeros de juego de un niño o niña.

Esto nos hace muy especiales. Ya sea construyendo fuertes de almohadas en el salón o jugando a un juego de mesa, estás construyendo confianza y cercanía. Y estás ayudando a tu hijo o hija a desarrollar todo tipo de habilidades que lo prepararán para ser adultos sanos y felices.

Aquí te contamos cinco razones por las que la diversión y los juegos que tenéis juntos sientan las bases para un mejor bienestar y aprendizaje durante toda la vida:

  1. El juego es esencial para la creación de vínculos

Los abrazos y las muestras de cariño son importantes, al igual que las sonrisas y las risas. Las señales que les das a los niños y niñas mientras juegan los alientan a confiar en ti, a encontrar diversión en lo inesperado y a explorar el mundo de manera segura. La cara de sorpresa que a menudo ponemos (con la boca abierta y los ojos muy abiertos) también ayuda a preparar a un bebé para que sepa que algo inusual está a punto de suceder.

Curiosamente, esto no es exclusivo de los humanos. Los animales, como los monos y los simios, también hacen gestos, mostrando a sus pequeños cómo es un comportamiento cálido, familiar y no amenazante.

2. La creación de vínculos a través del juego prepara el cerebro para el aprendizaje

Los niños y los tenistas tienen mucho en común. Cuando un jugador saca, sabe que su oponente está listo para devolver la pelota. Eso es lo que los niños esperan de ti también.

Si un niño o niña se esconde detrás de sus manos, quiere que lo busques. Si te escondes tú, te buscará y se reirá. La crianza lúdica se trata de ese patrón predecible de ida y vuelta. Y los niños y niñas prosperan con tus respuestas cálidas y sensibles.

Estudios que utilizan imágenes de resonancia magnética del cerebro en bebés han relacionado los servicios y los retornos predecibles con una mejor salud física y mental, empatía y aprendizaje del lenguaje en el futuro.

Como padres y madres, jugar junto a ellos es importante. Nuestros cerebros, especialmente los de los niños y niñas, cambian literalmente a medida que aprendemos. Cuando hacen cosas una y otra vez, se crean físicamente nuevas conexiones en el cerebro (por eso la palabra favorita de los peques es "¡otra vez!"). Si los niños y niñas piden esa atención para que juegues con ellos demasiado a menudo sin un retorno por tu parte, están perdiendo oportunidades para crear y reforzar conexiones valiosas en sus cerebros. Esto es especialmente importante porque los primeros años de vida de un niño y niña construyen la base de la arquitectura cerebral para los años venideros.

3. El juego ayuda a los niños y niñas a adquirir habilidades esenciales

Aplaudir, sujetar, apilar, clasificar. El juego afina todo tipo de habilidades básicas, desde habilidades motoras y seguimiento visual hasta razonamiento y aprendizaje del lenguaje. Construir una torre permite a los niños y niñas practicar la coordinación y el equilibrio. Derribarla muestra la relación de causa y efecto. Y debido a que es divertido y disfrutan de la atención de sus padres y madres, los niños hacen esas cosas una y otra vez, tejiendo todas esas habilidades en desarrollo en una especie de cuerda mental que podrán usar a lo largo de sus vidas.

Aprender a través del juego crea muchas oportunidades para que los niños y niñas practiquen, desarrollen y combinen las cinco habilidades clave que fortalecen esa cuerda. Habilidades que todos necesitamos para prosperar como adultos: sociales, emocionales, físicas, cognitivas y creativas.

4. El juego aumenta la resiliencia y las relaciones

Cuando se combinan todas esas habilidades y experiencias, no es sorprendente que la crianza lúdica ayude a los niños y niñas a manejar mejor los altibajos de la vida.

Inventarse un historia o aventura para sobrellevar el primer día de escuela o la visita al dentista, puede hacer que el momento real sea menos aterrador. El juego de simulación es una excelente manera para que los niños y niñas compartan sus sentimientos, alegrías y miedos con sus padres. También les ayuda a ver las cosas desde el punto de vista de otra persona, lo cual es importante para desarrollar relaciones saludables con los demás a medida que crecen.

5. Jugar es bueno para toda la familia

En nuestro informe "Jugar bien", preguntamos a 13.000 niños, niñas, madres y padres sobre el juego en casa. En general, los padres y madres nos dijeron que dedicar tiempo a jugar adecuadamente con sus hijos e hijas también les hace sentir bien. (9 de cada 10 familias que jugaron durante más de cinco horas a la semana dijeron que eran felices. Pero ese número disminuye tan pronto como disminuye la cantidad de tiempo de juego.)

Esa felicidad puede tener un impacto duradero. Un estudio mostró que las madres en Pakistán que recibieron calendarios de actividades de aprendizaje a través del juego para usar durante 10 semanas mostraron menos síntomas depresivos que las madres que no los recibieron. Después de 6 meses de seguimiento, los investigadores aún vieron una mejora, lo que demuestra que el juego podría apoyar la salud mental de toda la familia.

En resumen, la crianza lúdica tiene un impacto positivo a lo largo de toda la vida de un niño. Pero además, el juego no solo beneficia a los niños y niñas, sino que también mejora el bienestar emocional de los padres y madres, creando una experiencia positiva para toda la familia.

Dedicar tiempo a la crianza lúdica es una inversión valiosa que perdura en el tiempo y contribuye al desarrollo saludable y feliz de los niños y niñas.

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